Reiki es una terapia de origen japonés y fue desarrollado por el Dr. Mikao Usui, a finales del siglo pasado monje y catedrático en Teología, tras meditar y ayunar 21 días en la montaña Kurama cerca de Kioto, y a través de una iluminación en su tercer ojo visualizó los símbolos que él mismo descubrió un tiempo atrás en unos documentos llamados Sutras un método tibetano, al momento de ser iluminado recibió el poder necesario para poder activarlos a este proceso lo llamó Reiki.
Rei que significa energía universal se refiere a la parte espiritual es decir a la esencia energética cósmica.
Ki es la energía individual que rodea nuestros cuerpos manteniéndolos vivos, y está presente, fluyendo en todos los organismos vivos; cuando la energía Ki sale de un cuerpo deja de tener vida.
La energía Reiki llega a estos espacios internos que afectan nuestro cuerpo físico. La Terapia de Reiki trabaja los tres planos del ser humano: Energía espiritual, emocional/mental y cuerpo físico; estos planos están por orden de importancia, en otras palabras dependiendo del nivel más afectado mayor es el desequilibrio.
Un desequilibrio espiritual nos afecta mucho más que un desequilibrio mental, por ejemplo curiosamente, el nivel físico está en el último plano al contrario de lo que se cree, tanto en la medicina convencional y el mundo moderno reconocen que el sufrimiento y el dolor empiezan con lo físico y no al revés.
Desde la primera sesión, las personas comienzan a sentirse más aliviadas debido al efecto expansivo de esta terapia de sanación.
En el caso de quienes han desarrollado cuadros de baja en las defensas, los resultados suelen ser excelentes. Una persona enferma se siente cansada, con baja energía y sin ganas de afrontar el mundo. El terapeuta de Reiki canaliza la energía que nos rodea hacia el paciente, quien ve aumentada su fuerza vital, personal y las ganas de vivir. Al mismo tiempo, le permite prevenir enfermedades más profundas.
A corto plazo, Reiki recarga el sistema inmunológico y como tratamiento inicial de emergencia es sumamente eficaz, debido a que una enfermedad suele tener como resultado una bajada de los niveles energéticos de la persona. A largo plazo, Reiki empieza a trabajar en el origen del problema con el fin de eliminarlo de raíz. Aún cuando la causa pareciera estar fuera de nuestro control, Reiki nos ayuda a cambiar nuestra actitud hacia esa causa para superarla.
También el REIKI ayuda a superar eventos traumáticos de la niñez, juventud o adultez, así como también ayuda a prevenir eventos de salud en el futuro.
El Reiki sirve para sanarse y sanar a los demás, relacionarse de modo diferente con uno mismo y con los demás. En definitiva, para cambiar actitudes, comportamientos sentirse en armonía y descubrir la fuerza interna que poseemos y recuperar el poder de la auto realización.
Por ello engendra el Reiki un inevitable crecimiento personal, ofreciendo al mismo tiempo al practicante medios de ahorro energético indispensables para un buen equilibrio.
Esta terapia Japonesa de Reiki es una de las terapias alternativas más difundidas en los EE.UU. y Europa. De hecho, los principales grupos de hospitales y clínicas en los EE.UU. tienen sus propias clínicas de Reiki dentro del hospital para prestar apoyo a los tratamientos con medicina convencional y se calcula que más de 1.500 hospitales en los EE.UU. ofrecen Reiki a sus pacientes como parte de su programa y también como terapia externa.
Aquí en España cada día crece el interés y la aplicación de la técnica Reiki ya en algunos hospitales. Esta técnica se puede administrar tanto a personas sanas como a enfermas, ofreciendo en ambos casos vitalidad y tranquilidad ya que nos ayuda a uno mismo y al entorno que tenemos.
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