El cuerpo nos habla a través de mensajes que la vida nos envía momento a momento, en cada instante. De todos ellos hay un reducido grupo a los que les prestamos más atención que al resto, son los que nos tocan el cuerpo, aunque la atención que les prestamos no es una atención consciente.
Les prestamos atención porque nos duelen, nos pican, nos golpean o nos hacen daño; curiosamente seguimos sin entender su verdadero significado y la verdad es que es extraño que vayamos por la vida dándonos golpes, sufriendo accidentes y teniendo enfermedades.
Cada enfermedad se relaciona con cada órgano del cuerpo y con un área muy concreta de la vida. Nuestras creencias interiores se manifiestan físicamente en distintas partes del cuerpo. La parte afectada es la guía para encontrar esa creencia.
Cada parte de nuestro cuerpo, tanto los órganos externos como internos, representan simbólicamente una área específica de nuestra vida. Dentro de este contexto, una enfermedad o una lesión es como una parte de nosotros que intenta dirigir nuestra atención hacia alguna área concreta de nuestra vida.
El Guía Interno es un proceso que permite un fácil acceso al inconsciente. Es una representación simbólica de aspectos de la personalidad que no suelen ser asequibles durante la vigilia consciente. Cuando se entra en contacto con el guía interno, se está tomando contacto con unos importantes recursos mentales de los que habitualmente estamos desconectados.
La intuición nos conecta con la persona apropiada en el momento oportuno. La intuición está muy relacionada con lo que habitualmente llamamos coincidencias. La coincidencia es la ocurrencia de dos o más cosas a un mismo tiempo, aparentemente por simple azar.
Yo pensaba, antes, que las coincidencias eran eso, simple azar. Pero a fuerza de ver y meditar sobre mis experiencias, son estas que me han enseñado a mirar la vida de otra manera, y con otra mirada.
Me han ocurrido tantas “coincidencias” de esas que te llevan por caminos adecuados, por sendas que van encadenando un proceso con otro, encajando perfectamente bien las piezas, que no tengo más remedio que recapitular y dar fe de las “sincronías” del universo.
Sincronías, que por otra parte, me han llevado a conectar con las personas necesarias en mi vida para mi proceso interior, Universidades, Escuelas, Terapeutas, cursos y maestros de distintos lugares del mundo, libros, vídeos,
lecturas, aprendizajes, etc.
Sincronías que realmente han cambiado mi vida. Me han ayudado a conseguir la armonía en cuerpo, mente y alma. Porque verdaderamente no hay sanación del cuerpo físico sino la hay de la mente, alma y espíritu.
La intuición curativa funciona a través de los cinco sentidos y un sexto sentido. Cuando sólo se usan cinco sentidos, se limita la mente. El sexto la abre a niveles superiores de inteligencia y de consciencia. Cuando conectamos con ese sexto sentido, recuperamos nuestro poder para elegir.
Es aquí donde te acompaño a reconocerte a ti mismo, a elegir y ver esa sombra que se te hace difícil enfrentarte, para descubrir esa nueva luz, que te ayudará a encontrar armonía, paz, tranquilidad y al mismo tiempo aprenderás, a escuchar a tu ser interior para alcanzar ese estado de coherencia emocional donde tú decides estar sano.
“ UNA PARTE DE LA SANACIÓN CONSISTE EN QUERER SER SANADO “